© Museu d'Arqueologia de Catalunya - Barcelona
Omeka ID 2298
Olèrdola
Medieval

cabeza de demonio

MAC OLE-00646

Nombre técnico
figura
Datación
1300 / 1500
Producción
-
Museo
Museu d'Arqueologia de Catalunya - Barcelona
Cultura
Medieval
Ubicación hallazgo
Olèrdola. Església de Sant Miquel (sector 06)
Material
yeso, hierro
Municipio
Olèrdola (Europa, Espanya, Catalunya, Barcelona, Alt Penedès)
Técnica
a molde
¿Dónde está?
Reserves
Medidas
310 x 160 x 160 mm
Descripción
Cara grotesca que representa un diablo, com la boca entreabierta. La pieza iba aplicada a una superficie y sustentado sobre una base. En la parte central de la pieza hay un barra de hierro.Fue recuperado, junto con otras piezas, en la intervención del año 2007 en la iglesia de Sant Miquel d'Olèrdola, en el marco del proyecto de restauración del edificio prerrománico y románico. Los objetos de yeso estaban escondidos en un armario litúrgico situado en el paramento norte de la nave, cerca del arco triunfal. Este armario estaba relacionado con un coro sobreelevado situado en este espacio. Se habían escondido en él las cabezas de demonio, de un angelito y de un santo, hecho relacionado con la creencia de que la destrucción de ciertas figuras religiosas conllevaba mala suerte. Esta pieza, junto con los otros elementos similares, formaba probablemente parte del retablo mayor gótico, de estilo rural, dedicado a San Miguel y que presidía el ábside. Estos son los únicos restos del supuesto retablo. La figura del demonio está estrechamente relacionada con San Miguel, ya que es el encargado del peso de las almas el día del Juicio Final. San Miguel es el arcángel principal, jefe de los ejércitos celestiales y príncipe de los ángeles. Esta doble figura queda reflejada con una abundante iconografía, donde lo podemos ver venciendo al dragón / diablo. En la iconografía medieval San Miguel preside la escena de la psicostasis, que muestra el día del Juicio Final. El santo es el encargado del peso de las almas y está permanente vigilante ante las trampas del demonio, desaquilibrando una de las dos balanzas para que el alma de un difunto vaya al infierno y no al cielo.